Los 5 “no quiero” universales
Nadie quiere ser obeso, diabético, sufrir un infarto, tener cáncer o desarrollar demencia. Sin embargo, estas condiciones son cada vez más frecuentes. El punto en común que las une se llama inflamación crónica de bajo grado, un proceso silencioso que no duele, pero que deteriora poco a poco nuestro organismo.
¿Qué es la resistencia a la insulina?
La insulina es una hormona clave: se encarga de “meter” la glucosa a las células para que sea usada como energía.
Cuando aparece la resistencia a la insulina, las células dejan de responder bien a esa señal. Resultado: azúcar en sangre elevada, más insulina circulando y, con el tiempo, obesidad abdominal, prediabetes o diabetes tipo 2.
Factores ocultos que la disparan
La mayoría piensa que la resistencia a la insulina se debe solo a comer mal. Pero en realidad es una condición multifactorial:
- 🍔 Alimentación desbalanceada → exceso de carbohidratos refinados, pocas proteínas y vegetales.
- 😰 Estrés crónico → el cortisol sube el azúcar en sangre, aunque no comas, como si vivieras “comiendo dulce de leche todo el día”.
- 🛋️ Sedentarismo → no moverse después de comer hace que la glucosa se acumule.
- 🌙 Malos hábitos de sueño → dormir poco o con pantallas cerca impide la reparación metabólica.
- 🦠 Microbiota desequilibrada → menos bacterias buenas, más inflamación, más ansiedad y antojos.
Señales tempranas de alarma
Si notas estas señales, puede ser momento de evaluar tu metabolismo:
- Subida de peso “injusta”, aunque comas lo mismo de siempre.
- Cansancio constante.
- Hambre frecuente y dificultad para bajar grasa abdominal.
- Trastornos en la vista, sed excesiva u orinar varias veces en la noche.
Claves funcionales para revertirla
Desde la medicina funcional e integrativa, el enfoque no es tapar síntomas, sino ir a la raíz:
- Ordenar los horarios de comida → desayunar entre 6-9 a. m., almorzar entre 12-3 p. m. y cenar antes de las 7 p. m.
- Cenar temprano y dar descanso a la insulina → al menos 12 horas nocturnas sin comida.
- Equilibrar el plato → proteínas adecuadas + medio plato de vegetales + grasas saludables.
- Moverse después de comer → 15–30 min de caminata reduce los picos de azúcar.
- Dormir bien → desconectarse de pantallas 1–2 horas antes de dormir, mantener horarios fijos.
- Microbiota feliz → incluir prebióticos (fibra de verduras, alcachofa, espárragos), probióticos (fermentados) y posbióticos (suplementos o metabolitos).
- Manejo emocional → técnicas como respiración consciente, yoga, meditación y, en casos más profundos, terapias de sanación emocional.
¿Se puede revertir la resistencia a la insulina?
Sí ✅. No se trata de “curar” mágicamente, sino de retroceder el proceso metabólico. Con un plan personalizado, es posible volver a valores normales de glicemia e insulina y, sobre todo, recuperar energía, equilibrio hormonal y bienestar.
Próximos pasos
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✨ Recuerda: la resistencia a la insulina no es un destino, es una señal de alerta para transformar tu estilo de vida.